viernes, 8 de julio de 2016

La decisión del águila (Miscelánea)

Los exhaustivos estudios realizados e investigaciones llevadas a cabo durante años, pudo determinarse que el águila es el ave con mayor longevidad entre esas especies. llega a vivir 70 años pero, para llegar a esa edad, a los 40 debe tomar una seria y difícil decisión que no se aprende ni se enseña: la llevan consigo genéticamente; es una doctrina que la transportan en la sangre de generación en generación.

Cuando el águila cumple 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles, lo que le impide tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra el pecho, hecho que causa también la imposibilidad de alimentarse o tomar agua. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se le hace ya muy difícil.

Entonces, al águila se le presentan dos alternativas: morir de hambre y deshidratado, o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días. El primer paso de este proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.

Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear fuertemente su pico en la pared, hasta que consigue arrancarlo. Luego, debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con el que desprenderá lentamente una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, arranca con ella todas sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación con las plumas nuevas, su pico nuevo y sus uñas nuevas, listo para vivir 30 años más.

En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo para comenzar un proceso de renovación que nos permita iniciar un vuelo de victoria. Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causan dolor. Solamente libres del peso del pasado, podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

martes, 19 de abril de 2016

La Hormiga y el Lirio (Miscelánea)

Había una vez una hormiguita que vivía en la selva. Como toda buena hormiga, era muy trabajadora y servicial. Se la pasaba acarreando hojitas de día y de noche. Casi no tenía tiempo para descansar y menos para dormir.

Así transcurría su vida: trabajando y trabajando. Un día fue a buscar comida a un estanque que estaba bastante lejos de su casa y, para su sorpresa, al llegar a ese sitio vio como un botón de lirio se abría y de él surgía una hermosa y delicada florcilla.

Se acercó maravillada por su belleza y, muy intrigada, le preguntó:
- ¡Hola! Eres muy bonito, ¿qué clase de flor eres?

Y la florcita contestó:
- Gracias, soy un lirio. ¿sabes? Eres muy simpática, ¿qué clase de insecto eres?

- Soy una hormiga, y gracias también.

De esta manera, la hormiguita y el lirio siguieron conversando todo el día, haciéndose grandes amigos, contándose sobre su vida y dándose consejos mutuamente. Pero al anochecer, la hormiga regresó a su casa, no sin antes prometerle al lirio que volvería al día siguiente.
Mientras iba caminando a casa, la hormiga descubrió que admiraba a su nuevo amigo, que lo quería muchísimo y se dijo: "Mañana le diré que me encanta su forma de ser. Por eso volveré para el estanque, aunque quede muy lejos de mi hogar".

Y el lirio, al quedarse solo, se dijo: "Me gusta la amistad de la hormiga, mañana cuando venga se lo diré".
Pero al día siguiente la hormiguita se dio cuenta de que no había trabajado nada el día anterior. Así que decidió quedarse a trabajar y se dijo: "Mañana iré con el lirio. Hoy no puedo porque estoy demasiado ocupada. Pero mañana le diré lo valiosos de su amistad y que le extraño".

Al día siguiente amaneció lloviendo, y la hormiga no pudo salir de su casa y se dijo: "Qué mala suerte. Hoy tampoco veré al lirio. Bueno, no importa, mañana le diré todo lo especial que es para mí". Al tercer día, una tormenta de viento azotaba la tierra, y la hormiga tampoco pudo ir. Pero al cuarto día, se despertó muy temprano y se fue al estanque. Pero al llegar, encontró al lirio en el suelo, ya sin vida.

La lluvia y el viento habían destrozado su tallo. Y entonces la hormiga pensando, triste y deprimida, confesó: "Que tonta fui. Desperdicié demasiado tiempo y mi amigo se fue sin saber todo lo que lo quería. En verdad, me arrepiento".

No esperemos el mañana para soñar, ni para demostrarles a nuestros seres queridos lo que sentimos por ellos. Por ningún motivo dejes de decirle a una persona que la quieres o amas.

sábado, 19 de marzo de 2016

Los tres viejitos (Miscelánea)

Una mujer salíó de su casa y vio a tres ancianos de barbas muy largas sentados frente a su jardín de su casa. Ella no los conocía y les dijo:
-No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.

Ellos preguntaron:
-¿Está el hombre de la casa?

-No, - respondiò ella -, no está.

-Entonces no podemos entrar - dijeron ellos.

Al atardecer, cuando el marido llegó a la casa, ella le contó lo sucedido.
-Entonces diles que ya llegué e invítalos a pasar.

La mujer salió para invitar amablemente a los hombres para que pasen a su casa.

-No podemos entrar a una casa los tres juntos - explicaron los viejitos.

-¿Por qué? - quiso saber ella muy intrigada.

Uno de los ancianos hombres apuntó hacia sus amigos y explicó:
-El se llama Riqueza, él Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decidan con tu marido a cuál de nosotros tres desean invitar a vuestra casa.

La mujer entró a su casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:
-¡Qué bueno! Y ya que así es el asunto, entonces invitemos a Riqueza, dejemos que entre y llene nuestra casa de oros y alhajas. Pero su esposa no estuvo de acuerdo:

-Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito? Así seremos admirados por todos.

La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa la conversación y vino corriendo con una idea:
-¿ No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar entonces estaría lleno de amor.

La intervención de la niña dejó a sus padres en silencio y avergonzados.

-Hagamos caso del consejo de nuestra hija - dijo el esposo a su mujer -. Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped.

La esposa salió y les pregunto a los tres viejos:
-¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor que venga para que sea nuestro invitado.

Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la señora les preguntó a Riqueza y Éxito:
-Yo solo invité a Amor, ¿por qué ustedes también vienen?

Los tres viejos respondieron juntos:
-Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos habrían permanecido afuera, pero ya que invitaste a Amor, donde sea que él vaya, nosotros vamos con él. Porque donde quiera que hay amor, hay también riqueza y éxito.

Si verdaderamente sigues tu corazón, el resto llegará por añadidura...